miércoles, 28 de octubre de 2009

La Primera de...


Perdiendo el habito

Hoy hace un mes que estoy en mi nueva vida y me encuentro más raro que nunca. En mi interior sigue estando el mismo monstruo de antes, pero esta como dormido.
En casa me invadía constantemente el pensamiento de monotonía y aburrimiento, pero ahora no tengo tiempo para aburrirme. Me encuentro prácticamente igual que antes, aunque ya no estoy tan triste y no parezco constantemente enfadado, pero sobre todo duermo, casi de verdad, o por lo menos mi compañero de habitación no me ha dicho nada. Los interminables sueños de un futuro mejor han desaparecido, ya no pienso constantemente en mañana, “disfruto” del momento. Lo mejor es que por la noche me puedo acostar y dejar que pase sin darle vueltas a la cabeza.
Esta entrada ha surgido porque acabo de leer una de una antigua compañera que ahora está pasando por un mal momento y me ha recordado a tiempo atras. Lo más triste es que ella es una de las personas más brillantes, en el sentido literal de la palabra, que conozco, es capaz de sacarte una sonrisa aunque te queden unas horas de vida. Lo que más me apena es no saber qué decir. La gente que te rodea, si te tiene afecto, siempre intentara hacer que te sientas mejor, pero ocurre que nadie es capaz de quitarte los demonios. Es una situación que no tiene formula ni poción para curarse. Cuanto más lo piensas más lejos ves la salida y cuanto más lo intentas olvidar más larga es la espera. Ni siquiera escuchar música te sirve y mira que ayuda casi siempre.
Me temo que por lo que he visto la mejor solucion es el tiempo, pero como constantemente me ocurre no tengo remedios para mejorar ESA situación.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Difenrencia en la novedad

Mi última entrada fue a principios de septiembre y ya se empiezan a notar los cambios. Madrid una gran ciudad donde todo el mundo va a su bola.
Lejos de escribir sobre mis problemas o como se muestra el mundo hoy me toca hablar de Madrid, que ciudad. No digo la capital, ni la metrópoli como en casa, no, las cosas aquí van por su nombre. Al principio de este curso que empieza me estuve hospedando en la ciudad, por decirlo de alguna manera en una zona céntrica. Lo primero que me desconcertó fue la gente, por supuesto no conocía a nadie, cosa rara en casa, todo el mundo tenía prisa por llegar a un sitio. Para esta clase de gente la ciudad no es un lugar donde contemplar unos edificios, unas personas que caminan por la acera, el tráfico matutino. Aquí deben seguir un camino que les lleve a su puesto de trabajo donde cada cual haga lo suyo y después vuelvan a recorrer el mismo camino para ir a casa. Me recuerda a una colmena donde cada abeja cumple su función y tras esto solo le queda la muerte.
Después de esto me centre en el trafico, no solo por la cantidad de vehículos que circulan por las calles, que no son pocos, sino por la actitud de los conductores. Todos con actitud seria y los que no estaban absortos en "oír" la radio, estaban despotricando contra los demás conductores por no avanzar u otros motivos.
Luego la seguridad, tanto policía como guardia civil, seguridad de edificios, funcionarios de seguridad que se encargan de regular el tráfico, etc. Yo siempre he oído que el Estado español está falto de un cuerpo de seguridad nacional en condiciones, que hay mucha deficiencia en cuanto a cualificación personal y número de individuos, pero estando aquí no me explicaba el porqué de estas quejas.
Y por último la gente. Yo no sabía que en un vagón del metro pudiesen caber tantas personas, no que no lo supiese, sino que espacialmente es imposible introducir en dicho recinto tal cantidad de personas. No solo gente en el metro, en las calles, en las plazas, en los edificios. En esta ciudad hay demasiada gente, lo que puede ser agobiante a la vez que peligroso.
Una vez terminado mi curso de inmersión me traslade al pueblo donde esta la universidad, que mas que un pueblo yo diría que es casi una ciudad. Aquí vi que la situación disminuía, no hay tanta gente, ni coches y al parecer las personas no solo se centran en sus cosas, en sectores de este pueblo todavía se puede ver la típica tienda de alimentación de los pueblos donde el tendero conoce a la mayoría de sus clientes.
En esta parte me di cuenta de lo que más voy a echar en falta: La Montaña. A diferencia de casa aquí es como las llanuras castellanas donde desde un punto relativamente alto puedes ver la infinidad del territorio hasta donde alcanza la vista. Aquí las montañas y el "bosque" más cercano están a distancia que no es posible recorrer en tiempo moderado. A falta de estos espacios están las llanuras de cultivo...
Después de este escrito nocturno seguiré buscando nuevos espacios para fotografiar.Espero que en la próxima entrada pueda mostrar mi trabajo fotográfico, solo me queda una clase para conocer a fondo el proceso de revelado de carretes.

Pd: Por cierto, soy el único de mi clase que utiliza una cámara analógica, ¿dónde está el gusto por lo autentico?