jueves, 21 de enero de 2010

Consumido.

Cambiando las cosas de forma inesperada, el vaso que antes contenía los enseres de aseo bucal ahora se ha convertido en el pozo donde yacen colilla y cenizas.
Aspirando el humo de mi cigarro, noto como pasa a los pulmones para proporcionar a mi cerebro la falta de aire que me da esa, cada vez más esperada, sensación de evasión y niebla. Evasión que me sumerge en la nube para matar los pensamientos sobre ti.
El invierno de Vivaldi a consumido mi cigarro sin darme cuenta de lo que pasaba. Inmenso en mi mundo permití que el exterior se introdujera tanto en mi que deje de ver las cosas como siempre las he visto. Mi personalidad natural de Yo Adulto fue asesinada en silencio por mi Yo Niño, haciendo que una profunda apariencia de bienestar y felicidad me invadiese. Irreconocible.
Visto lo visto me desagrada haber permitido esta situación y me obligo a escribir en estas frases desordenadas y sin sentido aparente para volver a mirar la luna.

Desde aquí se ven las estrellas de forma diferente.

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